En medio de la crisis educativa, ha surgido una respuesta comunitaria. Una nueva escuela ha sido creada en la zona boscosa de Adjuntas y cuenta con un laboratorio de 150 cuerdas.
Esta escuela no tiene puertas ni paredes, su techo es el cielo y cada pisada es un libro, cada mirada un proyector, cada silencio un discurso, una cátedra, una lección magistral de la naturaleza.
Al entrar, los estudiantes se sentirán como Aristóteles o Platón, los maestros griegos que caminaban al aire libre impartiendo lecciones a sus alumnos sobre las reflexiones que la naturaleza dejaba en sus mentes y corazones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario